Animales al Espacio: un tributo a los primeros seres puestos en órbita
Algunos han nacido allá arriba, otros muchos han muerto. Cientos de animales han formado pareja, han gestado su progenie, se han reproducido y han llevado adelante una vida extraterrestre. Catapultados en naves y estaciones espaciales de todo tipo, se han mareado como los astronautas, se han recuperado de sus heridas y han sobrevivido a aceleraciones que ningún ser humano podría soportar. Se les ha anestesiado, sometido a radiación artificial e insertado implantes. Y todo para demostrar que, lejos de la Tierra, la adaptación de los seres vivos a la ingravidez es posible. Antes de que el hombre alcanzara la órbita terrestre, circulaba entre la comunidad científica la idea de que los humanos no serían capaces de soportar largos períodos de ingravidez en el espacio. El debate estaba servido y no se sabía a ciencia cierta qué efectos podrían tener sobre las personas. Algunos apuntaban a que el hombre, ante un entorno con condiciones físicas completamente nuevas, simplemente